La palabra arde
de miedo
y conmiseración hacia sí misma.
Aparece una marmota en el río
la marmota se da la vuelta
nada en sentido inverso
a la corriente.
La marmota pasa a un costado
de la tumba de Bakunin;
Bakunin abolió la propiedad privada
a Dios y al Estado.
Grabó una frase sobre la piedra que rueda:
sindicalismo anarquista
nadado como una marmota sobre la espalda
una espalda dorada
pelos crespos que reflejan los rayos de sol.
Atravesó los Alpes
llegó nadando a España
y cruzó el Atlántico,
incendió los mares
y la historia.
Bakunin está enterrado en los Alpes suizos
escribió una carta
con un puño de fuego
bajo un sol negro.
Del cuerpo de Bakunin solo quedan los huesos
las uñas
la carne que se pudre
y aún recuerda.
Bakunin es un cuerpo insepulto
es un cadáver que se levanta
y anda
en Berna
en los glaciares
en el agua cristalina
y perfecta.
Los glaciares se deshielan
el olor a té de anís
los ojos entrecerrados
el placer de la estatua.
Bakunin no sabe nada sobre el agua
y el éxtasis solitario de Santa Verena
de las palomas que escupen
mierda ácida sobre la cruz y la ermita.
Bakunin permanece insepulto
y olvidado
su cuerpo latente sucumbe al deseo
de los gusanos
y la propiedad de la tumba.
Mientras tanto la marmota
nada panza arriba por el río
se muerde las pulgas
cada 19 de mayo
cuando el calor del verano
acecha.
\\